La infinita grandeza,de las pequeñas cosas.

Muros.

La gente es especialista en hablar de muros,de batallas,de guerras,de lucha interminables.Sin embargo a nadie se le a ocurrido pensar que hay muros muchos más grandes de los que se hacen con simples piedras.Muros que puedes contruir en apenas meses,semanas,he incluso días.Eso que te aislan hasta de los más cercano y te protegen hasta de ti mismo.Esos que evitan cualquier bomba pero también te quitan sonrisas tonta y felicidad sin motivo.

Esos muros,los que son tan faciles de construir,son casi imposible de derribar.Los más ilusos piensas que esos muros realmente no existen.Como ya he dicho,son solo esos,ilusos.Por sí,estoy hablando de los muros del corazón.Y,os aseguro,que no hay muro más fuerte que ese.

¿Cómo?¿Cuando?¿Por qué? ¿Se nace con ello o lo construyes con los años? No tengo ni la menor idea.Pero me encanta.Y me encanta ella.Llena de muros,de borderias,de cosas enrevesadas…La adoro porque cuando todo el mundo asegura que es una niñata o simplemente una borde,a mi me llega un mensaje suyo diciendome “te quiero”. Lo sé,lo sé,son simplemente dos palabras y últimamente usadas demasiado a la ligera,pero para mi es especial. ¿Qué por qué?  Porque por un momento deja caer sus muros,me deja mirarle el alma y abrazarla por dentro.Porque que es ella,y esta,es su historia.

1991.Veintiuno de noviembre.Valencia.Se oian unas pasos acercarse a una velocidad abrumadora.La mujer,tumbada en la camilla y con su hija recien nacida en brazos sonrie amplamente mientras ve a su marido y su otra hija entrar por la puerta.Su marido sonrie y agacha la cabeza para depositar un beso en la frente de la recien nacida.La pequeña tiene los ojos abiertos y apenas podia parar quieta en los brazos de su madre.

-Mira Sara –dijo la madre acercando a la pequeña a su hermana- esta es tu hermana.

-Se va a llamar Zaida –dijo el padre acercando a la mayor para que contemplara a su hermana- y la vas a tener que cuidar mucho.

-¿Por qué? –pregunto la mayor sin ni si quiera echar un vistazo a la pequeña.

-Pues porque es pequeña –respondio la madre- y necesitan que la cuiden.

-Yo también soy pequeña –respondio la hermana mayor cruzandose de brazos.

Sus padres se miraron entre sí y ni si quiera se esforzaron en esconder sus sonrisas.

Seis años después,la pequeña ya no era tan pequeña,y la grande,era aun más grande.Pero,digamos que estas dos hermanas eran totalmente polos opuestos.Cuando una decia blanco,la otra pensaba en negro…Por lo tanto,la casa no tardo en transformarse en un ring de lucha.

-Eres una idiota –decia la pequeña Zaida con los ojos llenos de furia.

-MAAAAAAAAAMAAAA –gritaba a pleno pulmon su hermana mayor- ya esta la niña diciendo palabrotas.

-¡Eso es mentira! –chillaba aun más la pequeña- solo le he dicho idiota.

-Zaida… -decia su madre mientras entraba por la puerta- sabes que esas cosas no se dicen.

-¡Pero mama! –decia la pequeña pegando una pequeña patada al suelo.

-¡PERO NADA! –contestaba su madre mirandola fijamente.

-Ella ha escondido el juguete a Athur –protesto señalando a su perrito- y no me lo quiere dar.

-Eso es mentira –dijo la mayor- es que ella lo ha perdido,como todo.

-¡Que no! ¡Que lo tiene ella! –decia la pequeña pegando patadas al suelo.

-Sara,dale el juguete a tu hermana –dijo la madre mirando a la mayor.

-¡Que yo no tengo nada! –protesto la mayor suspirando.

-Ya has oido a tu hermana,Zaida –dijo la madre acariciando el pelo de su pequeña- ella no tiene nada.Seguramente este por el salón,ve a buscarlo.

La pequeña Zaida se dio media vuelta no sin antes mirar con odio a su hermana.Ni si quiera se molesto en descruzarse de brazos,sus ojos hablaban por ella,chispeaban de furia.El perro no se lo penso dos veces antes de seguir los pasos de la pequeña hasta el salón.Y mientras ella rebuscaba debajo de la mesa,él la observaba espectante.

-Nada,no encuentro nada –dijo la pequeña acariciando a su perro- lo siento Athur…

El perro se limito a acercarse un poquito más a ella y apoyarse en su lomo.

-Sé que lo tiene ella,lo sé –prosiguió la pequeña mientras la acaricaba- pero claro,mama nunca me hace caso…¿Sabes? –dijo alzando la cara del perrito- a veces pienso que eres el unico que me entiende….

Obviamente,el perro no respondio,pero si no fuera porque va contra todas las leyes de la logica,juraria que ese día,el perro sonrio a la pequeña.

Años después,el pequeño Athur ya no era tan pequeño,y la pequeña se habia convertido en toda una señoria.Eso sí,ese gran vinculo que mantenian no hizo otra cosa que crecer y crecer…Si alguien se tenia que encagar de cepillarlo,de acariciarlo o simplemente de darle de comer,allí estaba ella,con una sonrisa y algunas caricias de regalo.Pero como siempre,no hay nada eterno…

A los quince años la pequeña perdio al que por ese entonces era su mejor amigo y el más incondicional.Creo que nunca antes habia sentido tanta amargura en el cuerpo,nunca antes habia llorado tanto dolor.

Pero creció,creció,y creció y lamentablemente, sus muros crecieron con ella.Pero,como todo muro,dentro habia algo que esconder.Ella,una romantica más...una enamorada del amor sincero.¿Quien le iba a decir que ese,era su destino?

Diez de febrero del 2012.Una Zaida de veinte años enfrente de la pantaña de su ordenador.Una conversación más,una conversación cualquiera…

Una conversación que cambió su vida.